A tú recuerdo
Mamá, los recuerdos de ti,
vienen a mi mente como un torrente
de pensamientos perdidos.
Cuando tu te fuiste,
pensé que mi vida, terminaba.
Ahora, después de muchos años de vivir
tu ausencia,
me doy cuenta, que te extraño
y que mis recuerdos
están suspendidos en mi mente,
en forma desvanecida.
Tu rostro, tu cuerpo, tu pelo, tu imagen
son como una sombra de sufrimiento y tristeza
que no he logrado superar.
Perdí tu presencia en los tiernos años
de la adolescencia,
los años en que todos necesitamos
a gritos una madre
y los años en que al tenerla no la apreciamos.
Pero ahora, soy una mujer,
madre como lo fuiste tú
¿y sabes?
Hoy siento tu ausencia,
la sentí antes y no creo que logre olvidarte,
aún cuando en mi mente
no existe una imagen clara y precisa de ti.
Ni siquiera poseo una fotografía,
para con eso consolar al alma mía,
para mostrarle a todos a mi querida madrecita.
Dejaste este mundo,
cuando todavía contabas con fuerza
y colorido para vivir,
ésa es la única idea
que guarda de ti mi memoria.
Cada vez que veo a mis hijos,
lamento que no los hayas conocido,
quisiera que hubieras tenido la gracia
de gozarlos.
Pero a ratos pienso, que fue mejor perderte,
ya que ganamos un ángel que vela por nosotros.
Me demostraste tanto amor,
que imagino, que fui tu preferida.
Pero sé, que tu amor fue tan grande,
que mis hermanos piensan en silencio
que cada uno de ellos fue tu preferido.
Creo y confío que algún día voy a volver a verte,
aunque a veces, sola y con las ansias
de recordarte,
busco en los rostros cansados por los años,
alguien que se asemeje a la madre que perdí.
Pero, no te encuentro, pues en mi cerebro,
se procesa la imagen de una mujer,
joven y bella digna de ser princesa.
Con vergüenza recuerdo mis pocos años
junto a ti,
que no supe hacerte feliz, ni aprecié
Pero comprendo, al ver a mis retoños,
que solamente apreciamos aquello
que perdimos.
Sé que me ves y quisiera ser como tú,
pero el molde con el que Dios te formó,
se rompió contigo.
Ahora te digo, con todas mis fuerzas
¡Gracias por haber sido mi Madre!