Es todo lo que me queda… esperar
Estos días son de aprender y como en el pasado, mi mayor aventura está por empezar. No todos los días son de incertidumbre y de vivir sin esperanza, me espera lo desconocido; un mundo que no conozco y en el que a gatas veo el futuro.
Ya en estos momentos estoy preparada para vivir, a través de mi hijo Víctor, el mundo de mis épocas.
He recolectado mi historia en un Spanglish en que el gravé la vida para volverla a vivir. Paso a paso, aunque nadie lo reconozca las notas y las aventuras vuelven a salir.
He pasado mis noches con mi computadora y gravado lo imposible para lograr pasos. He logrado abrir los compartimentos, los “files” sin comparar, pero a veces allí me quedo.
Pero abro mi Spanglish y una desidia su amor ya no aparece, pues aunque ya sea por el agua o el viento o porque se para la balsa o se asile, alguien tiene que predecir. ¿Es poco pedir un minuto, para que se despida el día?
Unas historias sin errores...