Berlín (Parte 1 y 2)
La frontera alemana está a la vista y yo me siento un poco nervioso. Tengo en mi posesión dos mega porros con tabaco y hash en un tubo porta porros envueltos en un sucio calcetín envuelto en un calzón que a su vez está envuelto en una toalla. Estoy un poco paranoico pues comí un pastelillo holandés, pienso que con la ola de refugiados, tal vez habrá controles en las fronteras. Cuando todo esto va dando vueltas en mi cabeza que se imagina los peores escenarios, mi novia me dice, "ya estamos en Alemania" "¿Qué?" le respondí con una pregunta. "Cruzamos hace 15 minutos".
El reloj rebasa las 7 de la noche y Berlín ya se viste de luces citadinas. La primera palabra que me viene a la mente es concreto e imagino a Lou Reed y David Bowie paseando por la estación de autobuses. Berlín se quedó prendada en la década de los noventas, nineties por excelencia, por esa fecha explotó su vida artística y cultural, del underground al mainstream y al mundo.
Berlín se volvió cool de pronto, combinando su pasado comunista con lo moderno de las corrientes vanguardistas de aquella Europa que adoptó a los punkies y el cuero como moda; como Nina Hagen. Pero la Hagen no es el único ícono musical de la ciudad. Berlín también adoptó el Krautrock en los setentas y grupos como Cluster, Tangerine Dream y Ashra Temple han puesto a flipar a toda Europa y América del norte. Berlín también ha sido cuna de música electrónica de este siglo y de fiestas míticas. Todas las escenas musicales de Berlín desfilan en mi cabeza, desde Rammstein hasta Klaus Doldinger y por supuesto el maestro Klaus Schulze.
Berlín es una ciudad enorme, pero también es una ciudad muy especial con una historia muy especial." Nos dice un activista. "Como era una ciudad dividida, los hombres que vivían en Berlín no tenían que servir en el ejército así que muchos freaks, pacifistas y artistas llegaron a Berlín de todas partes de Alemania, vaya, lo mejor de cada familia, e hicieron de Berlín, pues digamos un lugar más liberal."
Berlín es una ciudad cosmopolita que ofrece todo para el viajero más exigente, a excepción de calor humano, los alemanes son gente fría, incluidos los transportados de otros países a esta urbe, así que no esperen ir haciendo amigos todo el día.
Con casi 4 millones de habitantes regados por los antigüos distritos divididos del este y oeste, Berlín puede resultar intimidante. Mucha historia y cicatrices visten a esta metrópolis plagada de museos y grandes edificios; aquí se puede aprender el pasado oscuro en el que las fuerzas del mal luchaban contra las otras fuerzas del mal. Fue un lugar estratégico del juego geopolítico de la guerra fría que principalmente se practicó en este lugar. Donde antes había muros y cercas ahora hay parques y avenidas, toda la zona está bien conectada. Uno se puede mover en el metro, tren, tranvías o camiones.
Nos alojamos en un barrio llamado la nueva Colonia, colonia refiriéndose a la ciudad teutona de Kölln y no a un vecindario; Neukölln en su idioma. El barrio está lleno de árabes, sobretodo turcos e iraníes que hacen dinero vendiendo gyros y donairs. La presencia policial es casi nula, no vimos al gobierno alemán preocupado por los islamistas terroristas ni por los refugiados, ni por nada realmente. Estoy seguro que los miles de refugiados que el gobierno alemán ha aceptado de Siria e Iraq se acoplarán a la maravilla en barrios como este donde cientos de emigrantes pasean por las calles comiendo kebabs y bebiendo cerveza.
La primera noche nuestros compañeros de piso, unos pakistaníes viviendo en un pueblo impronunciable de Noruega nos invitan a fumar hash local de buena calidad. Al final acabarían dejándonos su piedra. "Vayan al Bundestag que es el parlamento" nos dice Khalil "hay que hacer cita para hacer el tour, pero vale la pena la vista de la ciudad y mientras pueden visitar la Puerta de Bradenburgo".
Al parlamento hay que ir colocados ya que hay demasiada vigilancia, pero es un lugar imperdible. Lo mejor es que es gratis. Desde un espiral de cristal se puede apreciar la belleza arquitectónica de la ciudad con sus edificios emblemáticos. Recomendamos tomar el audio guía que explica en tu idioma lo que estamos viendo.
Para los entendidos, la parada imperdible del metro es Gorlitzer. Llegamos a la estación de Gorlitzer que también está un barrio de emigrantes, pero no de árabes sino de negros africanos y caribeños que hacen de esta zona su territorio. Apenas saliendo de la estación fuimos abordados por un par de negros que nos decían weed, weed. El material lo tienen escondido en un bote de basura anaranjado a la entrada de la estación, después de negociar, el negro se fue por la yerba. La transacción se ha hecho en menos de cinco minutos y a la vista de todo el público presente.
El parque Tiergarten, uno de los parques urbanos más grandes de Europa. Está bastante céntrico pero se puede uno perder en él. Antiguamente los prusianos reales lo usaban como un lugar para cazar jabalíes. Actualmente la Calle del 17 de junio, que atraviesa el parque, es el escenario del mundialmente famoso Love Parade.
Otro parque donde Wolfganja nos dice que es fácil pillar es el Volkspark Hasenheide. "Los dealers son fáciles de reconocer y hasta se puede escoger material. No está tan lejos del parque de Golitzer. Te recomiendo ir a una aventura ahí". A pesar del consejo de Wolfganja, nunca iríamos a ese parque.
Marihuana medicinal
En un país de 80 millones de habitantes solo hay 424 licencias otorgadas para crecer marihuana medicinal, 42 de ellos muertos y los demás pacientes terminales de cáncer.
En Alemania solo en casos extremos se permite fumar legalmente. A pesar de la reticencia de los ciudadanos por legalizar la marihuana recreativa, los teutones piensan de otra forma cuando se refiere a usar el cannabis como medicina. El 80 % de la población quiere que la marihuana medicinal sea legal y accesible a los enfermos. Un alto porcentaje incluso piensa que debería de ser un derecho y dada gratuitamente por el estado.
"En estos momentos hay una discusión muy importante acerca de la marihuana medicinal en nuestro país. Desde 1994 existe una organización llamada IACM- Un grupo internacional trabajando por reconocer la marihuana como medicina- basados en Alemania. Pero han tenido y aun tienen muchos problemas porque solo unos pocos doctores saben de las propiedades de la planta. Pero la sociedad alemana está aprendiendo de otros países, especialmente de Canadá y los Estados Unidos. En 2006 celebramos nuestro primer paciente con derecho a consumir marihuana legalmente. De los casi 500 que hay a la fecha, les resulta demasiado caro adquirir su medicina en las farmacias por lo que el gobierno está forzado a cambiar." Nos dice Steffen Geyer quien es uno de las organizadores del Henfparade. "Nosotros queremos marihuana gratis a los enfermos que la necesiten, es su derecho".
Henfparade
Entre ocho y diez mil personas desfilan en el Henfparade. En Agosto de cada año salen de la Washington Plaza pasando por el Ministerio de Salud, el Lustgarden, hasta llegar a la Puerta de Brandenburgo donde hacen discursos y hay música en vivo. El Hanfparade sigue siendo "ilegal". De ahí todos se van de fiesta a los clubs berlineses. Hablamos con Steffen Geyer acerca del Hanfparade.
" El Hanfparade fue fundado en 1997. En aquellos años ya existía el famoso Loveparade y el museo del Cáñamo que fue abierto en 1994. En el museo se juntaban todos los activistas y fue ahí donde se cristalizó el movimiento de legalización de Alemania. Ahí surgió la idea de crear un Loveparade para legalizar y así fue como nació el Henfparade. El 13 de Agosto de este año celebramos nuestro 20 aniversario. Creemos que es la protesta pro legalización mas vieja de Europa. Sigue siendo una demostración, una marcha con ponentes y oradores políticos, carros alegóricos, bandas tocando en vivo, stands con informativos y personas que vienen de todas partes del mundo."
El desfile es organizado por un grupo abierto de personas. Todos tienen sus propias ideas sobre la legalización, algunos pugnan por regularizarla como el tabaco, otros tienen la idea de clubs sociales y dispensarios. Algunos dicen que se deje cultivar a todo dios y otros quieren ver tiendas especializadas con variedades diversas. Steffen quiere que se regule como el tabaco pero Wolfganja quiere que se venda en todos lados y se cultive como quien planta berengenas. El gobierno de Angela Merkel, que se supone es uno de los mas compasivos de Europa, no está en favor de la legalización, "vaya ni hablan del tema porque saben que si se discute, los alemanes se convertirán en prolegalizadores". continua Steffen Geyer:
"Tenemos buenos contactos dentro de los partidos políticos más pequeños, por ejemplo, el Partido verde, los de Izquierda y el Partido Pirata, ellos participan con sus carros alegóricos y mandan oradores pero los conservadores, el CDU y los social demócratas no participan" .
Además del desfile del Hemp hay otras actividades canábicas alrededor de Alemania. El museo del Hemp tiene programas de educación. Existe también la Asociación Alemana del Cáñamo que hace lobby político con el gobierno y hay unas veinte ciudades que participan en la Marcha Global de la Marihuana en Mayo. También hay una organización llamada Green Help o ayuda verde que proveen ayuda legal cuando se tiene problemas con la policía por posesión o cultivo de marihuana. Hay cerca de 100 activistas en el país, la mayoría en Berlín haciendo actividades pro legalización a través del internet o a nivel local.