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Francisco Gómez

DE INCENDIOS Y CAMBIO CLIMÁTICO

Todavía hay personas que dudan de la existencia del cambio climático. Unos porque no los afecta directamente, otros porque no creen que el ser humano haya sido capaz de alterar el balance de un planeta que aparenta ser enorme, y otros porque creen que lo que pasa es algo natural, como una especie de ciclo renovador de la tierra en que por cosas de la vida quedamos de por medio. En esta época de verano intenso e incendios por doquier lo peor no es creer o no creer en el cambio climático, sino negar las consecuencias de estas catástrofes y no hacer nada al respecto.

Mientras Estados Unidos un día sale del Acuerdo de París enmarcado en la Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, otros países expanden su apoyo a energías renovables, a la eliminación de plásticos y a mayores regulaciones contra los desechos tóxicos. En este contexto, vivimos en un área geográfica privilegiada, el Lower Mainland, con casi tres millones de pobladores y que incluye grandes centros urbanos como Surrey, Vancouver, Coquitlam o Abbotsford. Hay un sistema integrado de transporte que es relativamente limpio; existen controles estrictos sobre la polución industrial al agua, suelo y aire; quedan aún grandes extensiones de reservas forestales circundantes y una gran cantidad de parques urbanos; finalmente la agricultura local, el consumo de productos orgánicos, y la protección de especies silvestres son una de las prioridades para los habitantes de la región.

Todas estas condiciones antes mencionadas hacen que la mayoría de los habitantes del Lower Mainland cuenten con una calidad de vida privilegiada en cuanto a la calidad del aire, el agua y otros recursos naturales no renovables. Esto sin contar con la gran cantidad de productos de consumo que llegan de todo el mundo. Además su ubicación geográfica permite que los vientos arrastren con buena parte de la polución local. Finalmente, su proximidad al mar y un inmenso sistema de cordilleras mantienen un microclima mucho más fresco en donde hasta ahora no ha escaseado el agua. Digamos que reúne muchas de las condiciones para que los cambios climáticos tengan un menor impacto que en otras áreas del planeta.

Algo muy diferente pasa al interior de la provincia que durante décadas ha venido sufriendo con inclemencia los rigores asociados al cambio climático. Para comenzar, la no tan baja temperatura en invierno ha permitido que la población del escarabajo del pino de montaña, o  Mountain Pine Beetle, se haya incrementado a niveles alarmantes y según el gobierno provincial afectando a más de 40 millones de acres en  160,000 km2 de foresta. Estos árboles muertos se vuelven el material perfecto para avivar los incendios. El cambio climático también ha provocado una reducción considerable en los nivele de lluvias en muchas regiones del interior, así como un incremento en los rayos que provocan innumerables incendios sobre la vegetación reseca.

Al 20 de Julio más de 150 incendios se encontraban  activos en la Columbia Británica y cerca de 45,000 personas habían sido evacuadas, haciendo de este el verano con los peores incendios de que se tengan referencias históricas. Y eso sin contar muchas comunidades rurales e indígenas, que viven directamente de lo que se produce en su entorno, lo han perdido todo a causa de los incendios.

Seguir insistiendo en que el tal cambio climático no existe, es igual a decir que nadie pasa hambre porque hoy comí tres o más veces. Cambiar mentalidades es difícil pero insistir en contrariar toda evidencia carece de sentido. En el caso del  Lower Mainland esto solo ratifica que donde hay voluntad política se pueden dar cambios significativos pero que no son suficientes si el problema climático se presenta cada vez más intenso en algunas en unas regiones que otras. No por ser privilegiados tenemos el derecho a desperdiciar el agua, a ensuciar, a polucionar, o a contaminar. Pensemos en los demás.

Agosto 2017

La Paz en Colombia

Julio 2016

Después de más de cinco décadas de conflicto armado, la guerrilla de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) y el gobierno Colombiano llegaron por primera vez a un acuerdo histórico que incluye la dejación de armas y la reinserción de los miembros de esta guerrilla. El pasado 23 de Junio y tras el anuncio de la entrega definitiva de armas a las Naciones Unidas, las FARC aceptaron que la Corte Constitucional definiera el mecanismo para refrendar el Acuerdo Final que se logre en La Habana, Cuba. En este escenario, ¿Qué va a pasar con comandantes y combatientes desmovilizados?, ¿Cómo va a afectar esta firma a la geopolítica Latino Americana? Y finalmente, ¿Se va a lograr la paz definitiva en Colombia?

 

Hace un poco más de 50 años, en medio de la Guerra Fría y con un gobierno ultra conservador que lideró el asesinato del candidato presidencial Jorge Eliecer Gaitán (El 9 de Abril de 1948), se marcó el inicio de la llamada Violencia en Colombia. Los bombardeos a pueblos campesinos, la represión de toda idea liberal y las marcadas brechas sociales, fueron el caldo de cultivo para la formación de este y otros grupos guerrilleros. De un origen rural y un inmenso apoyo popular en sus comienzos, las FARC fueron permeadas por el narcotráfico y pasaron a ser un grupo repudiado por gran parte de la sociedad colombiana en medio de las tomas a poblaciones civiles, los secuestros, el reclutamiento de menores y el asesinato a cientos de civiles ajenos al conflicto.

 

Ante este panorama, es difícil pensar en la participación política de los actuales comandantes guerrilleros, todos hombres, como se dio en otros procesos de paz similares en Centro y Sudamérica. Ante el miedo a ser asesinados, como ha ocurrido en pasadas desmovilizaciones, lo más seguro es que busquen representación en otros partidos o personas más jóvenes. Para los demás combatientes debe existir un proceso de reintegración a la vida civil, ya sea a través de procesos rurales productivos, apoyos educativos, de vivienda o para la creación y el fomento de empresas. Aquí puede llegar a jugar un papel muy importante el apoyo de la comunidad internacional.

 

En cuanto a la geopolítica global y Latinoamericana, Estados Unidos y Rusia viven una nueva especie de Guerra Fría, pero ya con un enfoque mucho mayor en Siria y en otros países de Medio Oriente. El resto de países Latinoamericanos, incluyendo Venezuela, viven su propia coyuntura política (Como en el caso de  Cuba y su apertura a Estados Unidos) y otros procesos democráticos que al corto plazo no van a ser afectados por la firma de la paz en Colombia aunque debe reconocerse su apoyo a este proceso. Quizás las zonas fronterizas de Ecuador, Panamá, y Venezuela tengan una disminución positiva de las acciones bélicas por parte de grupos armados.

 

Y finalmente, es difícil consolidar una paz si todo el país no rema en la misma dirección. Las grandes brechas sociales que siguen avivando el conflicto deben acabarse, con más oportunidades para la mayoría de la población que viven el día a día y sin posibilidades reales de salir adelante. Si se hubiese negociado hace 50 años Colombia hubiera evitado tanta sangre derramada. Las FARC también deben contar toda la verdad sobre los asesinatos, las personas desaparecidas y secuestradas bajo su poder; al igual que sobre los menores de edad en sus filas, los abortos forzados a mujeres guerrilleras, las minas antipersonales y las rutas del narcotráfico que algunos comandantes manejan y/o controlan.

 

Sigue una parte difícil del proceso difícil, pero al menos hay voluntad de ambas partes y un apoyo mundial que esperemos se traduzca en cambios sustanciales en mejorar de la calidad de vida en Colombia y toda la región. Hay que subirse al barco de la paz y buscar una sociedad mucho más incluyente, tolerante e igualitaria.

FORT McMURRAY Y EL CAMBIO CLIMÁTICO (Junio 2016)

Con un calor insoportable y un aire imposible de respirar, los más de 60,000 habitantes de Fort McMurray evacuaban la ciudad por la Autopista 63, algunos se dirigían hacia el norte, mientras la mayoría cogían rumbo al sur, en dirección a Edmonton.

 

Afortunadamente el plan de evacuación y el trabajo incansable de los cuerpos de seguridad evitó que esta tragedia cobrara vidas humanas. Todo esto ocurría en medio de las llamaradas que arden desde el primero de Mayo en esta comunidad ubicada al norte de la provincia de Alberta.

 

Más de medio millón de hectáreas de bosque han sido consumidas por las llamas, un área mayor que Vancouver, Burnaby, Coquitlam, Richmond, Surrey, North and West Vancouver combinados. Un calor insólito de más de 30oC se registró a comienzos de Mayo en Fort McMurray en lo que parece ser ahora una constante a nivel global.

 

Canadá es el país que tiene la tercera reserva más grande de petróleo a nivel mundial y 80% de este se produce en el bitumen de las arenas de alquitrán, o Tar Sands en inglés,  que cubren una extensión aproximada de 141,000 Km2, la mayor parte en la provincia de Alberta.

 

Fort McMurray es considerado el corazón de esta producción petrolera en el país y las grandes compañías como Syncrude, Shell, Suncor Energy o CNRL tienen sus operaciones en el área, mientras que muchos de sus trabajadores viven de manera permanente o temporal en Fort McMurray. Adicionalmente, miles de inmigrantes trabajadores que viajan para sacar provecho del “boom” petrolero que también aporta empleos y recursos a la economía canadiense viajan constantemente a Fort McMurray.

 

Resulta paradójico ver como la zona que más produce energías fósiles y que el sector que más contribuye a la producción de gases con efecto invernadero en Canadá, esté ahora viviendo de manera directa las consecuencias del cambio climático.

 

Pero no es un tema solo local, la costa Oeste del país tuvo record de temperaturas altas todo el año pasado y en Vancouver ni siquiera vimos la nieve en el invierno. En el estado de Rajastán en la India a finales de Mayo se presentaron las temperaturas más altas en la historia, 52oC. La NASA confirmó que los pasados meses de enero, febrero y marzo, tuvieron un promedio global de más de un grado centígrado más alto que todos los records históricos desde 1950. El futuro no es muy promisorio.

 

Si se siguen generando más empleos y mejor pagados con energías fósiles que con energías alternativas, y mientras las compañías petroleras no aporten ni incentiven el cambio de energías fósiles hacia otras energías mucho más limpias, el planeta seguirá calentándose y las altas temperaturas, las sequias y los incendios seguirán siendo una constante.

 

De seguro nos espera un verano mucho más caluroso y ojalá estos eventos nos sirvan para reflexionar y no solo para apoyar a las personas que lo han perdido todo en el incendio, así como para evitar el derroche de energía y poner nuestro granito de arena usando de manera razonable los recursos naturales y procurando por utilizar energías limpias renovables de manera adecuada. No queremos habitar un planeta que se torne invivible para todos.

Suicidio y Comunidades Indígenas en Canadá (Mayo 2016)

 

 

El pasado 9 de Abril, en una remota comunidad Indígena con cerca de 2000 integrantes, 600 millas al norte de Ottawa, 11 jóvenes trataron de quitarse la vida, obligando a ser declarado el estado de emergencia en la Nación Indígena conocida como Attawapiskat, en donde más de 100 personas han intentado suicidarse desde el pasado Septiembre.

 

Este problema implica no solo un complejo tema de fondo que tiene que ver con años de explotación y abandono, sino también con la percepción del resto de los canadienses, incluyendo nuestras comunidades inmigrantes, que han sido las últimas en colonizar este territorio, acerca de los pueblos indígenas.

 

En el caso de la Nación Attawapiskat confluye el tema de una comunidad históricamente explotada y abandonada por el gobierno. Mientras no hay agua potable, ni escuelas secundarias, no hay posibilidad de créditos o mejoras en vivienda, y mucho menos acceso a sus propios recursos con los que han sobrevivido históricamente, la compañía minera De Beers ha explotado en el  área diamantes por valor de más  de $200 millones de dólares anuales. Pero esta historia no es nueva.

 

En el siglo diecinueve la Ley Indígena (Indian Act)  tuvo como objetivo erradicar el “problema” indígena y con ello hasta 1996 más de 150,000 niños y niñas indígenas fueron removidos de sus familias y puestos en Escuelas Residenciales en donde más de 6,000 murieron y miles sufrieron abusos de todo tipo.

 

La idea del gobierno era crear las reservas era con el fin de confinar a los grupos indígenas para poder controlarlos hasta asimilarlos, quitarles el control de sus territorios ancestrales y poder aislarlos del resto de la sociedad.

 

Esta situación de abuso y el discurso colonialista, que aún se mantiene, han permitido que el resto de la población canadiense vea en los grupos indígenas a sujetos “problemáticos” e incapaces de ajustarse a la sociedad moderna. Los casos de suicidio simplemente han servido para reafirmar esta visión sesgada.

 

En el tema de suicidios, sus altos niveles en una sociedad son generalmente vistos desde una visión individualista y se culpa al sujeto que trata de quitarse la vida y no al sistema que lo aísla y no le da las  garantías para el libre desarrollo de la personalidad. La tasa de suicidios de los Inuit es de seis a once veces más alta que la del resto de la población canadiense y desde 1999 la tasa de muertes por suicidio en Nunavut es del 27%, especialmente entre los jóvenes. El discurso que patologiza y medica a la población indígena no deja de ser problemático porque simplemente no altera las condiciones que han hecho posible la desigualdad y el despojo en estas comunidades.

 

Las comunidades indígenas están motivadas a tomar control de su propia salud y de servicios locales como lo demuestra la más reciente encuesta de salud Mental Indígena que tuvo lugar hace cinco años. 

 

El apoyo de otras Naciones Indígenas se ha mostrado también. Por ello desde mediados de Abril muchos grupos indígenas ha llevado a cabo tomas pacificas de las oficinas de Asuntos Indígenas (#OccupyINAC) a lo largo y ancho de Canadá clamando un apoyo concreto al tema de suicidios en naciones como Attawapiskat y Pimicikamak, así como la abolición de la Ley Indígena.

 

El Primer Ministro tiene ahora la gran responsabilidad de unir al país y mostrar liderazgo para que Canadá pueda alcanzar una verdadera reconciliación entre todos los pueblos y comunidades que habitan el territorio y a nosotros el compromiso de conocer más las luchas y las condiciones por las que comunidades Indígenas, Métis e Inuit han sido históricamente aisladas en la nación Canadiense.

El Presupuesto de las Minorías (Abril 2016)

 

Luego de diez años de régimen conservador, el nuevo gobierno liberal llega con una serie de cambios a todo nivel.

 

Más recientemente la apuesta a un presupuesto diferente, que cuenta para los próximos cinco años, fue presentado el pasado 22 de Marzo. Vienen cambios que de alguna manera van a afectar a ciertos sectores de la población inmigrante, entre ella la Latinoamericana, y que es interesante conocer y debatir.

 

Cabe recordar que la locación de fondos para la salud y la educación son  temas provinciales y no federales. Sin embargo, en temas como el empleo, los préstamos estudiantiles, la vivienda, los beneficios para niños y jóvenes,  y las políticas migratorias son parte del eje central del presupuesto de este año.

 

Para aquellas personas desempleadas que han aplicado al seguro (Employment Insurance), el tiempo de espera se redujo de dos a una semana. Así mismo, se dieron cambios a los beneficios que reciben familias por tener niños y que ahora se va a llamar CCB (Canadian Child Benefit). Las únicas familias que no van a recibir dicho beneficio son aquellas que ganen más de $190,000 de ingreso combinado. También se eliminó el incentivo para artes y deportes para aquellos menores de 16 años, pero se va a redistribuir este fondo para profesores que ejerzan actividades extracurriculares y para reacomodar los porcentajes de entrega del CCB.

 

También hubo aumento para el ingreso que reciben las personas en edad de jubilación, que se va a mantener en 65 años, reversando el plan del gobierno anterior de incrementarla a 67 años.

 

Finalmente, a una moratoria en el pago de la deuda de estudiantes hasta que ganen por lo menos $28.000 anuales, se le suman las 26,000 personal en busca de refugio que Canadá va a recibir este año y el aumento al presupuesto en artes, investigación  e infraestructura a nivel nacional.

 

Uno de los temas más importantes del nuevo presupuesto es la asignación de recursos para la educación de niños y jóvenes Aborígenes, adicionado a la adecuación de las plantas de tratamiento de agua potable en las reservas Indígenas, y los $40 millones de dólares específicos para la Indagación Nacional sobre Mujeres Indígenas Muertas y Desaparecidas.

 

Cabe preguntar si los cambios que se vienen en el presupuesto ¿Son adecuados para las necesidades del país?

 

Es claro que hay un nuevo aire en el parlamento canadiense y que, al menos en principio, se ven buenas intenciones en cuanto a los estímulos a la economía, a trabajadores, minorías y comunidades indígenas.

 

Sin embargo, hay que tener cierto escepticismo hasta que no se desarrollen todos los programas. Por ejemplo, en el tema de presupuesto para la educación indígena la mayor parte de éste se va a implementar al quinto año.

 

¿Qué pasa si el gobierno cambia de parecer antes? La respuesta es muy simple, no se llevan a cabo.

 

La otra crítica tiene que ver con que algunos de los rubros no son suficientes para las áreas que se necesitan como: educación de jóvenes y niños con necesidades especiales, adultos mayores, o apoyo a nuevos inmigrantes.

 

Amanecerá y veremos, esperando que la luna de miel que mantiene el pueblo canadiense con Trudeau perdure.

 

De algo si podemos estar seguros, hay un gabinete nuevo, renovado y con personas muy capaces que esperemos hagan la diferencia en el corto plazo por el bien de todos. 

 

 

Comer o no Comer, esa es la Cuestion. (Marzo 2016)

 

Hace algún tiempo alguien me comentó que no comía salmón por los altos niveles de mercurio que se acumulaban en el pez que podían producir cáncer.  Una semana antes había leído sobre la importancia para la salud del omega tres que se encuentra en abundancia en el mismo salmón. Comer es una decisión diaria que pasa de ser simplemente un privilegio o un acto necesario para la supervivencia a tener implicaciones mucho mayores. No solo afecta el funcionamiento físico del cuerpo, sino también el comportamiento emocional y las relaciones interpersonales. Aquí radica la pregunta de ¿Qué se debe comer y qué no?, y sorpresivamente las respuestas siempre terminan siendo contradictorias.

 

El tema de la alimentación está ligado a factores políticos y sociales que hacen que ciertos alimentos sean más utilizados o producidos que otros. Sin embargo, hoy en día también pasa por la creciente industria de la nutrición y los llamados “expertos” que todos los días hacen diferentes recomendaciones sobre los alimentos que debemos ingerir y cuáles no. En medio de tanta información y recomendaciones de todo tipo, es difícil saber cuándo lo que nos informan es sensato y saludable y cuando es simplemente una forma de que ciertos individuos o grupos puedan llenarse los bolsillos a costa de los demás.

 

En un mundo urbano, existe la tendencia a pensar mucho en términos de apariencia y ello define mucho que alimentos se consumen y cuales se limitan. Por ejemplo la grasa ha sido constantemente catalogada como algo malo, aunque algunos estudios hablan de la importancia de la grasa corporal en muchas funciones del cerebro. Las pirámides alimenticias que desarrollan el Departamento de Salud, Agricultura y Servicios Humanos de los Estados Unidos son la base de las pirámides alimenticias que desarrollan Canadá y la mayor parte de países de Latinoamérica. La leche y sus derivados, así como las carnes y el azúcar están en la parte alta de los productos que deben consumirse.

 

El caso de Brasil es particular. Han decidido integrar otros componentes a las guías alimenticias que incluyen la seguridad y la soberanía alimentaria. Se han disminuido los niveles de desnutrición año tras año y hubo una decisión política de moderar el consumo de azúcares y ciertas grasas con el fin de prevenir enfermedades prevalentes como la obesidad y la diabetes. En Canadá como en el resto de Latinoamérica las industrias del azúcar, la leche y las carnes han hecho un poderoso lobby y han aportado millones de dólares en campañas para evitar que legisladores cambien las leyes y disminuyan el consumo de estos productos. Incluso, en casos como el de la leche, que es fuertemente subsidiada en Norteamérica, se recomiendan tomar ahora dos en vez de un vaso diario de leche o sus derivados para suplir las necesidades de Calcio y vitamina D del cuerpo.

 

La industria de vitaminas y suplementos alimenticios también ha incrementado sus beneficios a causa de la idea de que algo nos hace falta en nuestra dieta diaria, de que nuestro cuerpo debe perfeccionarse y de que lo que comemos no siempre es lo mejor. Se vuelve entonces una contradicción pensar que comemos mal por elección y por lo tanto necesitamos suplir esa “mala” elección con productos que con frecuencia parecen más medicamentos que alimentos. La industria de alimentos incluye sodio y azúcar, así como sus derivados, en miles de productos y a niveles mucho mayores de los recomendados por nutricionistas, médicos y expertos. Ante este panorama ¿qué se debe comer y que no? Es una pregunta difícil de responder.

 

A la hora de comer y comprar comida debemos pensar que se ajusta a nuestras necesidades alimenticias; saber que hay una gran industria detrás de la publicidad, los estudios y todo lo que tiene que ver con los alimentos; y que siempre la moderación y comer los alimentos que estén menos procesados, con menos aditivos y mucho más cerca de su estado original es siempre lo mejor.

 

Claro está, siempre vamos a tener el miedo de que donde se producen estos alimentos el suelo esté contaminado con metales pesados, el agua polucionada y los pesticidas nos causen más enfermedades de las que queramos curar ingiriendo el producto.

 

 

Petróleo: El Fin de una Era. (Febrero 2016)

 

Se dice a viva voz que los graves problemas climáticos generados por el consumo desmesurado del petróleo y el carbón, señalan el comienzo del fin definitivo en el uso de  estos combustibles fósiles. Se ha pasado de cuestionar el problema a tomar algunas decisiones importantes para mantener el planeta “saludable” a largo plazo. Este cambio de mentalidad va a terminar por imponer el uso de energías no convencionales y limpias.

 

Nunca se había llegado a un acuerdo climático tan importante para reducir las emisiones de carbono como el logrado durante la Conferencia de las Naciones Unidas para el Cambio Climático que tuvo lugar en París entre Noviembre y Diciembre del año pasado. Este genera un precedente importante para hacerle frente a los problemas que actualmente afectan a varias regiones del mundo.

 

Viviendo en un país llamado “desarrollado” como Canadá y en un centro urbano con acceso a servicios, es difícil percatarse de los impactos del cambio climática más allá de un invierno sin nieve y un verano un poco más caliente. En otros lugares del mundo la situación es bien diferente. Para los  habitantes de islas de pacífico como Vanuatu o Kiribati, el aumento de unos cuantos centímetros en el nivel del mar significa tener que abandonar sus hogares, la tierra donde enterraron a sus ancestros y desplazarse lejos de su lugar de origen.

 

La disminución en los períodos e intensidad de las lluvias significa una crisis de agua dulce para suplir las necesidades básicas de muchos habitantes del planeta.

 

Según un estudio publicado en la revista científica Nature Climate Change, el caudal de los ríos podría reducir en hasta un 60 % la capacidad de producción eléctrica en el mundo en 2040.

 

En zonas de Siria, Libia e Irak, el intenso verano ha exacerbado aún más la guerra y la precaria situación de sus habitantes en regiones remotas  en donde han perdido sus cultivos, agua y animales, y se encuentran en una grave crisis alimentaria.

 

En el caso de Latinoamérica, el fenómeno del  niño en el Pacífico ha provocado una disminución dramática de las lluvias, forzando racionamientos de agua y energía en muchos países.

 

Pero no todo es malo. Los cambios de actitud, así sean a nivel local son bien importantes y dan resultados concretos. Programas de reforestación con especies nativas, de conservación y recuperación de cuencas a nivel local han permitido incrementar los caudales de ríos y mantener una temperatura más estable en varias regiones del mundo. Así mismo, cientos de empresas ven en el uso de energías limpias, como la solar, eólica y térmica, un campo de trabajo importante que va a seguir aumentando con el apoyo de gobiernos y organizaciones de todo tipo.

 

Finalmente, la superproducción de petróleo, debido a la gran oferta mundial del crudo exacerbada por el continuo fracturamiento de roca o fracking, ha puesto en evidencia la fragilidad de las economías de aquellos países que dependen del petróleo. En este sentido, la tendencia mundial es buscar otras alternativas para no solo diversificar las economías, sino también encontrar tecnologías que permitan tener un planeta limpio, con una gran riqueza ecológica y apto para la salud de sus habitantes.

 

Aquellas personas que han defendido el uso del petróleo y el carbón por décadas en unos cuantos años serán vistos como bichos raros que directamente provocaron un daño inmenso al planeta en favor de unas ganancias económicas inmediatas. Ojalá la apuesta siga por revertir los daños causados por aferrarnos a las energías fósiles. Todavía queda mucho por hacer.

 

Resoluciones Inconclusas (Enero 2016)

 

Cada comienzo de año se convierte en una etapa de nuevas resoluciones. El nuevo ciclo que comienza en enero se convierte en la excusa perfecta para cambiar muchos de los hábitos que creemos nos hacen daño o que no nos dejan avanzar en la vida. Sin embargo, solo toma unos días volver a caer en aquellos que queremos cambiar y por el afán de mantener dichas resoluciones luego terminamos por caer en la ansiedad y el desespero al no poder alcanzar los objetivos.

 

Después de unos días volvemos a los antiguos vicios que queremos desterrar. De leer una novela a caer en el hábito de chequear el Facebook cada cinco minutos, jugar FarmVille o Candy Crush.  Cambiamos la zanahoria y los jugos naturales de vuelta a las gaseosas y las donuts. Las idas al gimnasio de 2-4 veces por semana a nunca más regresar. Vuelve el cigarrillo y el alcohol; dejamos de lado las nuevas actividades, clases o ideas que teníamos presentes el año anterior.

 

Antes de finalizar Enero ya nos encontramos de vuelta completamente, y a veces mucho peor, en aquellos hábitos que queríamos erradicar. Uno de los problemas con estas resoluciones es poner metas casi imposibles de alcanzar, crear mitos alrededor o sentir culpa y remordimiento personal por no haber cumplido los objetivos.

 

En el caso de fumar, por ejemplo, he conocido personas que han tratado por años y vuelven y caen en la adicción sin remedio. Otros de un día para otro dejan de fumar, simplemente deciden hacerlo sin una razón específica. En el caso de mi padre dejó de fumar el día que le diagnosticaron una enfermedad coronaria. En este sentido a veces son razones internas y otras externas las que condicionan cambiar o no el hábito personal.

 

Hay que tener en cuenta que los hábitos no siempre cambian de la noche a la mañana. Para algunas personas puede tomar un día, para otras meses o años. Simplemente hay que ser realistas, no procrastinar, pero tampoco ponerse metas inalcanzables. Es indispensable además dejar de lado muchos de los mitos que rodean el cambio de hábitos como la culpa, mantener una actitud positiva siempre, o carecer del poder personal para hacer dichos cambios. Durante situaciones de stress, ansiedad o depresión es posible que encontremos la razón para cambiar varios de estos hábitos dañinos. Más allá de carecer de fuerza de voluntad para no caer en el hábitat que se quiere suprimir es indispensable modificar el ambiente que hace posible ese hábito. Por ejemplo, si queremos comer más saludable, hay que tener un poco más de conciencia a la hora de comprar comida, de escoger los lugares para comer y de investigar que alimentos son mucho más saludables.

 

Que este año nuevo sirva para el comienzo de buenos hábitos. Hagamos el esfuerzo de escribirlas, guardarlas y reevaluarlas en seis meses para ver que resoluciones se han cumplido y cuales no para replantearlas. A la comunidad Latinoamericana en general espero este 2016 traiga muchas cosas positivas, eventos significativos y se ganen nuevos espacios en la ciudad para seguir construyendo comunidad.

 

Adenda:

Muy contento por la noticia de la suspensión de la orden de deportación de José Figueroa quien ahora puede dejar el Walnut Grove Lutheran Church que le sirvió dos largos años como santuario y puede ahora regresar a su hogar junto con su familia en Langley. Muchos éxitos en su futuro.

 

BEIRUT, MOSUL, TRIPOLI, PARIS, BENGHAZI (Diciembre 2015)

 

Los errores del colonialismo occidental se siguen pagando con vidas inocentes que caen en medio de las balas y del retumbar de las bombas.

 

El Estado Islámico, al cual analistas le cambian de nombre cada tanto y que ahora llaman Daesh, sigue generando terror ahora no solo en el Medio Oriente, sino también en la Europa de la Ilustración, en Francia, el país que junto con Inglaterra decidió repartirse Siria, Líbano, Irak y Palestina, es decir, los restos del Imperio Otomano luego de finalizada la Primera Guerra Mundial.

 

El siglo XX estuvo marcado en la región por la búsqueda desenfrenada del petróleo y el constante ataque tanto de Francia, Inglaterra Estados Unidos y Rusia.

 

Democracias legítimas fueron reemplazadas por regímenes militares y títeres de Occidente en Siria, Irán, Arabia Saudita, Turquía y Afganistán en la llamada Guerra Fría. Estas constantes intervenciones han causado millones de muertos y desplazados, y han contribuido de manera significativa a aumentar el sectarismo de una pequeña parte de la población que ven en la violencia una manera de proyectar su resentimiento o de legitimar sus odios.

 

Los recientes atentados terroristas en varias ciudades del mundo dan muestra del poder que tiene el miedo en la población. Este miedo ha causado que los millones de refugiados Sirios que salen de su país huyendo de ISIS y de la represión dictatorial de Bashar al-Assad, terminan siendo discriminados nuevamente y confinados a permanecer en condición del vulnerabilidad en otros países.

 

Por su lado Francia, Rusia y Estados Unidos incrementan los bombardeos y como siempre la mayor parte de los muertos los seguirá poniendo la población civil.

 

Luego de que el mundo confirmó que la invasión a Irak fue por venganza y no por armas de destrucción masiva, se cometen los mismos errores ahora en Siria y en el mismo Irak donde ISIS sigue creciendo.

 

La guerra entre Chiítas, Sunitas, Kurdos y ahora grupos extremistas Yihadistas que se han sentido marginalizados o explotados por sus vecinos y por las potencias de occidente se ve reflejada en la formación de grupos mucho más sectarios y sanguinarios que ven en el proyecto de califato de ISIS una especie de reivindicación ideológica.

 

Hay que condenar, pero por supuesto, cualquier ataque terrorista y no solo los que pasan en Occidente.

 

De igual manera otros dirán que las bombas que caen de drones y aviones F-16 y que matan civiles y acaban familias son también ataques terroristas que deben ser contrarrestados.

 

Por esta razón, incrementar los bombardeos solo va a generar más semillas de odio que van a recrudecer la situación humanitaria en la región.

 

La semana pasada Arabia Saudita recibió el tratado armamentístico más grande en toda su historia mientras Rusia y China envían más armas a la región y Estados Unidos y Francia incrementan su apoyo militar y ataque semanales.

 

En todo este frenesí bélico, Canadá sale al paso y decide cambiar radicalmente su política migratoria, preparándose para la acogida de 25,000 refugiados sirios antes de finalizar este 2015. De igual manera decide terminar los bombardeos en Siria.

 

¿Por qué? Porque es el 2015 y hay que tratar otro tipo de políticas ya que luego de 15 años de los ataques a las Torres  Gemelas en Nueva York y las constantes invasiones al Medio Oriente, la propuesta bélica solo ha servido para empeorar las cosas.

 

Se deben detener los bombardeos a ciudades llenas de civiles. Tal vez cortar el flujo de armas a la región y cambiarlo por ayuda humanitaria sería una solución necesaria a corto plazo. Estos jóvenes necesitan tener oportunidades de estudiar, trabajar y poder comenzar un proyecto de vida.

 

Y por último, cada uno de nosotros debemos reconocernos en el otro, apoyar a los refugiados Sirios que van a llegar a la ciudad, evitando la discriminación, mientras los gobiernos deben ofrecer espacios de negociación para los diferentes grupos armados en la región con el fin que se pueda traer estabilidad a largo plazo.

 

 

El Derecho a ser Refugiado

El mundo entero sigue consternado. Miles de refugiados corren por las calles de Europa, algunos son bienvenidos con un abrazo, otros detenidos por la policía. Imágenes de personas muertas en las playas como peces, cogidos a patadas por una reportera y varios países que se desangran en guerras sectarias y económicas con occidente, siempre presto a ‘arreglar’ la situación con bombardeos a diestra y siniestra.

 

Las imágenes de refugiados sirios no son nuevas, el país viene de una guerra interna desde el 2011 que traspasó fronteras y solo ahora es tomada de manera mucho más seria porque las personas que huyen comienzan a llegar a la Europa occidental, aquella del renacimiento y la inquisición.

 

Siria cuenta actualmente con más de 9 millones de personas desplazadas, la tercera parte de su población, y la mitad de éstos han salido del país. Solamente entre Jordania, Líbano y Turquía suman más de 4 millones.  La dictadura de Al-Assad lleva años atacando a la población y  torturando a la disidencia. Por otro lado el estado islámico quiere imponer su visión del mundo sectaria a las buenas o a las malas. Finalmente, una coalición de países occidentales, incluyendo Canadá, siguen bombardeando indiscriminadamente a la población y proveyendo armas a grupos rebeldes lo que indirectamente ha terminado favoreciendo algunos grupos afines al Al-Qaeda. El Reino Unido, Holanda, Francia y Bélgica se opusieron a conformar esta coalición en parte por las consecuencias que pueda tener para el futuro de sus respectivos países.

 

En toda esta compleja situación el caso canadiense es uno de los más lamentables.  Pasó de convertirse en un país que velaba por la garantía de personas en busca de refugio y de apoyar activamente las misiones de paz en el mundo a liderar campaña de guerra y terror en varias zonas del Medio Oriente. A ello cabe sumarle los cambios a las leyes migratorias de Jason kenney y del actual ministro de inmigración Chris Alexander enfocando los programas de inmigración a personas que traigan sumas de dinero grandes  a Canadá sin importar que sean o no de dudosa procedencia. Han logrado acabar en menos de una década con los programas de reunificación familiar, además de crear  una lista de países “seguros” para negar el derecho al refugio a miles de personas cada año. Desde el comienzo de esta guerra han aceptado a menos de 2,500 personas provenientes de Siria, comparado con los 50,000 que Suecia y los 100,000 que Alemania han aceptado solo este año.

 

Muchas de las personas Sirias  que fueron pedidas por sus familiares en Canadá llevan años esperando ante la infructuosa tramitología, los cambios en las leyes migratorias y los recortes federales al personal de embajadas y consulados. El caso mas emblemático es el de Tima Kurdi que vive en Coquitlam y cuyos familiares murieron casi todos ahogados huyendo de la guerra en su país.

 

Parte de la responsabilidad de que personas mueran huyendo de situaciones de violencia la tiene los cambios migratorios recientes a la ley de reunificación familiar y las trabas burocráticas para que las personas puedan acceder a sus derechos como refugiados. Claro está haber apoyado por años a el régimen de Al-Assad es otro de los grandes errores de nuestros países.

 

¿Qué podemos hacer nosotros antes este panorama?

Donar a cualquiera de las organizaciones humanitarias que están ayudando a controlar la crisis humanitaria en Siria y sentar la voz de protesta con nuestro voto en las próximas elecciones este 19 de Octubre. El gobierno Federal debe saber que la mayoría de canadienses no están de acuerdo con muchas de sus políticas en una administración desgastada que está desde el 2006 en el poder y que dejó de ser transparente y fiel a los principios que han hecho de Canadá un país incluyente y multicultural.

 

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